Apareces, acechante por la tarde de cualquier día, no importa el clima, la verdad o la mentira, siempre te escurres en silencio entre la espesa neblina, hasta las hojas secas a tu paso callan cuando besan tus pies descalzos, vienes armada, muy agresiva, como arco portas tu sonrisa, como flechas tu caricias que con el aroma de tu piel fresca, las impregnas, las vistes de mortales, y así, tu cuerpo gracioso se desliza entre los ponzoñosos matorrales, los descubres!! se disfrazaban de rosales!!; avanzas entre la abundante maleza que sabes esquivar, la ignoras, son obstáculos banales; excitada, ataviada de ansiedad y hambre, abordas cada centímetro que nos separa con tal firmeza que me recuerdas a una leona con su desgraciada presa, al otro extremo me encuentro en mi mundo maravilloso de azares y gozos pausados, inquieto y nervioso como cervatillo en una tibia tarde bebiendo del río, creo ser la diana y me siento afortunado, tu!! mi amada diana cazadora, ven!!, tómame!!, aliméntate de mi, bébeme, quiero en ti por siempre vivir.
DRQCO