Agradezco a Dios la vida
con todo lo que me ha dado
y más debo agradecer,
por lo que no me ha mandado.
No tengo mucho dinero,
pero no me falta nada;
no quiero llegar primero,
pero no llego atrasada.
No busco un hombre atractivo,
me basta con el que tengo
que es muy bueno y comprensivo
y respeta lo que pienso.
Me gustan los días soleados,
pero también la humedad
que flota sobre el ambiente,
después que ha llovido ya.
Por todo lo que me brinda
le debo de agradecer,
pero lo mejor de todo,
es que me enseñó a querer.