¿Que si el mundo es injusto?
Si, diría que si.
El rico y el pobre conviven,
el vivo se sale con la suya
y el honesto se queda entrampado.
¿Y el amor?
¿Acaso el amor es injusto?
Vemos a ilusos quitándose la vida
porque el amor de sus vidas los dejó;
pobres condenados que pusieron sus alegrías
y sus esperanzas en otra parte
que no era dentro de si mismos.
Pero,
¿es justo el amor?
Cuando se pierde la atracción,
¿podemos culpar al amor?
Cuando encontramos a otra persona,
¿es culpa del amor?
Si un día, años después,
lo único que queda
es un sincero agradecimiento
por aquel instante que pasaron juntos dos amantes,
dos novios, dos deseantes,
¿es culpa del amor?
Alguien dijo una vez:
se vive, se ama y se muere,
resumiendo así lo que ocurría
entre el momento de nuestro nacimiento
y el de nuestro fin.
Uno debe estribar en amar a plenitud
durante toda su vida, amigos, novios, padres, madres, hijos, hermanos, abuelos, vecinos,
amar es el estándar y no la excepción.
El amor es bello cuando es correspondido,
pero también cuando está al mismo nivel que el de la otra persona.
Amar a un amigo como amigo es bello,
amar a un amigo como amante
es deseo si es correspondido,
frustración si no.
Pero, la pregunta sigue:
¿es injusto el amor?
No.
La respuesta es que no es injusto.
Si uno es honesto no es injusto el amor.
Si las cosas deben funcionar funcionan,
y si no, cada cual busca un camino que funcione.
No, no es injusto si cada quien
acepta el nivel de amor que hubo y que hay.
No es injusto si las cosas por pasar pasaron
y no pasarán más.
Y en los avatares de la vida
miraremos esos momentos juntos y sonreiremos,
no como quien ha cometido una equivocación,
no como quien ha sufrido una injusticia,
sino como dos personas que se quisieron en un momento
y de ahí partieron a buscar otros caminos.