El tiempo a transcurrido sin demoras,
Y veo la virtud al toque de campanas,
Mis hijos eran niños en aquella aurora,
Ahora son mayores voces del mañana.
Recuerdo al primero en aquel teatro,
Un niño de sonrisa traviesa y dulce,
Como es ahora la nieta que idolatro,
Aquel niño es quien ahora me seduce.
El segundo, fue mi héroe favorito,
Perdió su juventud para ayudarme,
Músico de corazón, sereno infinito,
Me dará un nieto para alegrarme.
Mi hija fue la gran alegría de su madre,
Con un violín mágico me hizo sentir joven,
Me sentí tan orgulloso de ser su padre,
Cuando en la sinfónica revivió a Beethoven.
Ahora me quedan nietos y añoranzas,
Mis hijos son los hijos del amor sencillo,
Treinta años poblados de esperanzas,
Con la esposa Madre y fuente de cariño.
AUTOR: IVAN CARRASCO AKIYAMA /PSEUDÓNIMO D_Amadore