que contradicción, como este frio que raja mi piel, como este gelido llanto de dioses, lava mi cuerpo, llevandose mi alma a las mas oscuras catacumbas, amasando esta paradoja calida de tu recuerdo, ese recuerdo de una mañana de domingo, soleada, calida, donde los buenos dias me sabian a tu boca, donde el despertar era un baño de abrazos en ese mar de sabanas perfundas de tu piel, donde tu risa de niña inundaba de alegria cada rincon de nuestro hogar y el verde claro de tus espejos reflejaba una existencia feliz, que a mi triste humanidad no le correspondia.
te extraño tanto mujer
Primera vez que leo de usted y me ha encantado su profundo sentimiento. Conocí a un hombre con su nombre y tenía su manera de expresar el dolor. Su primer diez........ Saludos, Ivette Rosario.