Bitácora V

Al organizar mis escasas emociones recuerdo con especial énfasis mi encuentro con la muerte; Había salido a andar el mundo de las cosas invisibles que pueblan la noche, yo amo las noches sin luna ni estrellas y esta era perfecta.
Al final de la calle una taberna, la ultima en la calle, la única abierta.
Estaba vacía, casi como yo, con excepción del humo de cigarrillos que flotaba sin origen, como preso entre sus frías paredes y una cerveza a medio tomar.
Una música como para cortarse las venas y un cantinero sombrío sentado en un rincón tras la barra, inmóvil, como un muñeco de cera, tenia un ambiente extraño, por que a pesar de esa espantosa música, reinaba un silencio como hecho de metal.
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¿Alguna vez has caminado sobre un espejo?
Sonó dulce y melodioso a mis espaldas y me torne a verle bajo el velo de aquel humo que nublaba mis ojos, me sentí envuelto por el perfume que emanaba de sus poros, juro, haber presentido el misterio del eterno femenino brotando de sus húmedos y rojos labios.
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Es como caminar en el cielo,- me dijo – sientes un sensación de inmensidad irresistible, como si el mundo estuviera debajo o arriba y se perdiera en dimensiones infinitas y lejanas, es como caminar sobre un abismo sobre una fina capa de cristal lista a quebrarse y hacerte caer en un mal paso, ¿Puedo terminar mi cerveza?.
Asentí con la cabeza extasiado en sus definitivas líneas y su casi monocromático atractivo, su voz era como un repique de campanas, su cabello como un relámpago negro que hacia un estupendo contraste con la luz oscura de sus ojos y su ropa tan bellamente sombría como un grabado en el mas puro de los ébanos, sus pómulos, su nariz, estaban sometidas al ritmo de esa geometría casi perfecta que nos legaron los Romanos, o mas, como el rostro de una Diosa Griega, vivo, antimitologico, frente a mi.
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El alcohol – le respondí – puede ser a veces altamente alucinógeno, todo lo que me ha dicho suena realmente muy bonito, muy poético, te sugiero que lo escribas en una servilleta, no sea que se te olvide y se esfume en el dolor de cabeza que te dejara todo tu realismo gótico esta noche.
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La poesía esta en todos lados – me dijo –
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En la soledad – conteste –
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En los puentes, con sus caudales de historias y sus suicidas.
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En el amor frustrado
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En el hambre
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En el mar
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En el sentido de la muerte
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En el silencio – dije tal vez para romper con ese ciclo y añadí –
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Hablas de la muerte con el fervor con que hablan los enamorados.
Para provocar una risa que lleno el lugar como con bellas cascadas de arpegios brotados de su garganta
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¿Sabes por que estoy aquí?
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¿Me cuentas?
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Por que no se necesita epitafio para fenecer.
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¿Será por eso que me he decidido por el suicidio crónico de la soledad? – ahora fue la risa de ambos-
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Tu soledad no es tan grande según me miran tus ojos, hoy no es tu día de tropezar y caer en mi caudal, no es el día de hundirte en esa copa y realmente no sé si hacer caso a todo lo que leo en tu mirada.
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Quizá quiera romper la quietud de la noche lanzando una piedra al río.
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Lanzar una piedra al río puede ser peligroso, mis aguas generan ondas que podrían alcanzarte y fatalmente los fenómenos de la física tienen la inconcebible tendencia de cumplirse.
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Es difícil asimilar una advertencia de peligro salidas de tus pupilas que parecen alumbradas por cautivas lunas y por lo poético de tus palabras.
Entonces aproveché para hacer alarde poético en la frase de Plotino.
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“La belleza no es la simetría: Es una luz que juega sobre la simetría de las cosas”..., y sobre tus ojos, la belleza de tus mejillas y tu boca estaría dispuesto a gritar al viento, para que el viento se lo dijera a Dios, por tenerte derivaría a hachazos el árbol del bien y el mal, por que te me antojas un poema pintado en blanco y negro, escribiría mil palabras dictadas por tu cabello.
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He amado – me respondió – aunque muchos han dicho que soy imposible de amar, he amado muchos hombres con la mirada perdida en una distancia sin tiempo, artistas, obreros, poetas del alma, amables; ¿Sabes el significado de amable?
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Susceptible a ser amado – respondí –
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Tus palabras han sido muy amables, por eso declinare tu intención.
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¿Quieres decir que ahora eres tu quien teme a las ondas de mis aguas?
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Quiero decir que es una magnifica noche para que regreses a ti y hagas las paces con tu corazón.
Tomo el ultimo sorbo de cerveza, se puso de pie, y hecho a andar majestuosamente envuelta en su sobretodo negro, sus músculos se desplazaban en una armoniosa mixtura de curvas, como las de una felina.
Por un momento quede inmóvil, obcecado en su belleza asta desaparecer por la puerta, reaccione y salí a la carrera tras sus pasos, pero ya no estaba, le busque desesperado y no la encontré.
Nunca volví a encontrar la taberna y su voz se repite sin rostro en mis sueños; “ Regresa a ti y has las paces con tu corazón”, será por esto esa atracción que ejercen sobre mí las mujeres que visten de negro, tienen el cabello oscuro y su voz parece música salida del instrumento de su carne.