Para ti compañerita preciosa.
Se anuda algo en mí al mirarte,
quiero decirte mucha cosas,
palabras lindas, para agradarte,
no puedo, mi corazón me traiciona,
empieza a galopar muy fuerte.
Tu sonrisa alegría me proporciona,
la escuela en un lugar lindo convertiste.
¿Porque nos miramos tanto?
pero nunca nos decimos nada.
Esto que te escribo te resultarás tonto,
te reirás y, ya desviaras de mí tu mirada.
Hoy me decido, esta carta debo entregarte.
En clase estamos tan cerca,
hasta a veces puedo tocarte.
Estela: te quiero, a “cara o seca”.
¿Tú no?
Autor: Alcibíades Noceda Medina