las mujeres del barrio
con celos y envidiosas,
le decían indecente,
pero era solo una adolescente,
que a los hombres provocaba
por su cuerpo escultural,
de cada uno un piropo se llevaba
por su caminar elegante y muy sensual.
En el barrio había un tendero
que le gustaba verla pasar,
pues movía el trasero con gracia
y eso lo hacía fantasear.
También había un herrero .
con músculos de acero
que moría por su amor,
y por este, le ofrecía casa y dinero,
pero solo risas obtenía
lo que aumentaba su dolor.
También por esos rumbos,
el maestro de la escuela estaba ansioso,
pues decía que a ella, la quería educar,
pero de seguro en la cama, pues con ella
quería sus sueños realizar.
Así es como esa bella niña,
paseaba por el barrio
con su bello cuerpo
y su rostro angelical
dejando en todos suspiros,
y deseos en vendaval,
esa alegre jovencita,
la mas hermosa del arrabal.
Autor de la Poesia: Gualberto Alcántara Olalde