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Categoría: Sin Clasificar

SUEÑOS ASESINADOS

 


SUEÑOS ASESINADOS


 


 


“Los niños son como pájaros cantores que nunca podrán cantar en las aulas por la presencia de espantapájaros que les matan el deseo de trinar y el amor a soñar”.


Por: M. Ebratt


 


 


“La plaga en las escuelas de hoy es el oscurantismo y una manada de “sabios” ocupados en otros quehaceres lejos de la enseñanza”.


Por: M. Ebratt.


 


 


 


Legiones de blasoneros azotan las escuelas y sus almas mezquinas lloran el mendrugo de pan,


creen  morder la mesa del poder con sus dientes de plastilina bajo la mirada burlona de sus amos.


Sabios que se flagelan en el espejo alimentando una grandeza de bonsái,


odian la mirada bizarra y dan muerte a la inteligencia escrutadora que atenta la rancia perorata.


Expertos constructores de seres sonámbulos que oscilan entre la mediocridad y la muerte,


juventud de cuencas oscuras que medrosos se niegan a tocar el erótico tapiz de las cosas.


Saberes de panteón retumban en las escuelas y en un féretro viaja el cadáver de la mirada y el asombro,


Maestros gendarmes cuidan la oficial casa de la ignorancia y el saber es una ilusión de almas infernales.


Cada día se asesina la serpiente del paraíso y los oráculos de las ciencias se consumen en cenizas,


no se divisa a lo lejos el relámpago salvador que anuncie el despertar de una nueva mirada.


El cáliz y las mitras reafirman un saber fatuo y las osadías mueren en los Campos de Fiori,


la Biblia es inocente y asaltantes  de bolsillos construyen el maderamen del temor así como los templos son cajeros automáticos de Dios.


El lenguaje místico del maestro se volvió espanto y una pedagogía genuflexa llora en la cruz,


Cabalga la farsa dolosa de un estado entre señuelos y máscaras idolatrando la ignorancia.


Entre piras la escuela quema mártires y aún en las llamas una voz grita su amor a Prometeo,


la calumnia y la infamia llevan el rostro acorazado de la imagen siniestra de Torquemada.


La serpiente emisaria del saber tiembla en los barrotes monásticos de las escuelas,


monjes incineradores  de libros son hijos de aquellos que asesinaron al hombre que regresó a la caverna.


Mienten los que veneran los recursos virtuales y con audacia protegen el mundo de sombras,


niños que no entienden el ardid del maestro guardianes de las mentiras milenarias que han arruinado al hombre.


Pedagogía babélicas castradoras de almas y animales rapaces que carcomen la inocencia,


salón de suelo árido de seres que se consumen en un ocaso sin fin y una aurora que llora contra la cruel oscuridad.


Escuelas como campos de concentración que normalizan la idiotez y sepultan el cadáver del sujeto,


maestros monarcas que abordan con pasión la muerte y aniquilan las virtudes de la vida.


El alumno hereda el alma del vasallo y la pedagogía es sujeción de confeccionarios,


modelos siniestros que castigan en defensa de una sociedad cruel y normatizada.


Sabios oficiales que adormecen los instintos libertarios cultivando la sumisión como poder,


maestros oscuros que someten el cuerpo del aprendiz y sobre su inocencia construyen futuros inútiles.


Pedagogía que acrecenta la desdicha y es amiga siniestra de la guadaña,


sueños letárgicos pesan sobre nuestro mundo con guardianes oficiales mutiladores de alas.


Déjame caminar solo para buscar la lámpara y en nuevos vientos atraparé los enigmas prohibidos,


cansado llevó el alma inflado por el señuelo de un paraíso sin el privilegio de la duda.


Quiero sentir el escozor del aguijón al recibir la luz de un sol revelador que me despierte del letargo,


harto estoy de tus letras falaces y déjame marchar por los riscos donde escucho la voz del abismo.


Más que tu enseñanza quiero ser vagabundo atrapando la belleza del alba y abrazarme a una primavera de un nuevo día,


quiero huir de tu fauce de verdugo y cuidar con loco asombro el nido de una seductora aurora.


Sabias criaturas de la fatalidad y expertos cultivadores de ordalias siniestras,


siento en el alma una libertad que me seduce y no ahogarme en el líquido amniótico de tu oscurantismo.


Una mano disidente con su puño cerrado me muestra el camino de las almas que cantan una música de Diógenes, creo escuchar cantos entre soles y extraños dioses se ríen a hurtadillas.


Una terca oscuridad se retuerce y se resiste a la muerte,


los sabios ancestrales del mal entonan una oración fúnebre y se inicia el eterno retorno.


 


 


 


Por: Manuel Guillermo Ebratt Doncell


Barranquilla, Julio 20 de 2016


 


 

Datos del Poema
  • Código: 375195
  • Fecha: 05 de Septiembre de 2016
  • Categoría: Sin Clasificar
  • Media: 0
  • Votos: 0
  • Envios: 0
  • Lecturas: 789
  • Valoración:
Datos del Autor
Nombre: Manuel Ebratt Doncell
País: ColombiaSexo: Masculino
Fecha de alta: 26 de Octubre de 2015
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