Inténtalo Reflexión.

Para algunos tal vez, para otros sólo por un tiempo, y para la mayoría sólo el instante.
En el que disfrutamos del bien adquirido, y al instante siguiente,
Queremos otra cosa, se acabó el gusto y el goce. Sólo lo tuvimos sisa gante,
Nuestro interior goza con los bienes adquiridos, esto tiene razones inútilmente.
Con ese fin, por la simple razón de que no le traen ningún beneficio.
A nuestro espíritu, las cosas que logran que nuestro espíritu se sienta bien,
Dichoso, satisfecho, están en el plano de las acciones y no en el plano.
Material, es el ser y no el tener lo que nos hace felices a la razón.
Desdichados, aunque nos hayan hecho creer lo contrario.
Por eso debemos tener mucho cuidado con lo que creemos que necesitamos,
Para ser felices, porque la mayor parte del tiempo estamos en un gran error,
Y perdemos todo lo realmente importante para nosotros por un falso premio.
Esa es la razón de la mayor parte de la infelicidad actual, sufrimos.
Porque no tenemos lo que no queremos y además no necesitamos, que triste paradoja. Mientras que las cosas que nos pueden hacer felices pasan frente a nosotros.
Y las desechamos como cosas sin valor, la felicidad verdadera esta en nuestras,
Actividades diarias si las tomamos con respeto, si las vemos como un tesoro,
Que nadie más posee. Sólo nosotros tenemos en nuestras manos y en nuestras,
Acciones, la posibilidad de lograr el máximo potencial de todo lo que pasa,
Por nosotros, sea una cosa, una persona o una idea. En la medida que estemos,
Satisfechos con nuestras acciones e ideas cotidianas, que no le quedemos,
A deber a nadie, ni siquiera a nosotros mismos, si sabemos que estamos.
Actuando lo mejor que podemos en ese instante, sentiremos una satisfacción,
Que sólo nosotros mismos podemos darnos. Ojalá que todos pudiéramos,
Gozar, esa paz interior que da el saber que hemos hecho lo correcto.
Ni más, ni menos. Estoy reflexionando sobre lo que es y lo que debería,
Ser, y me di cuenta que es imposible que lleguemos a un acuerdo,
Sobre cómo quisiéramos todos que fueran las cosas. Nunca en toda la historia,
Del hombre ha existido tal acuerdo, Mucha gente ha muerto por ese desacuerdo,
Entre las personas y las naciones. Y no lo habrá tampoco en el futuro.
Y es aún más difícil que de manera espontánea, Es decir, sin que nadie.
En particular haga algo para que suceda, la humanidad, Actúe como todos
Quisiéramos, aún cuando existiera ese ideal común. Porque aunque existen
Algunos parámetros generales de conducta aceptados Por la mayoría,
No son tan ampliamente aplicados. Porque a la hora de actuar,
La mayoría tenemos circunstancias especiales que nos hacen actuar diferente,
De nuestras propias convicciones y valores, con un sinnúmero de justificaciones, autoengaños, que nos permiten de oír nuestra voz interior. Sin embargo admiramos
A aquellos que a costa de su dinero, seguridad, familia y aún a costa de su propia vida, han actuado y actúan de acuerdo a lo que piensan, a sus valores, e internamente.
Añoramos ser como esos seres, que serán recordados por no aceptar traicionar.
A los demás ni a así mismos. Pero estay hablando de unos cuantos seres,
Con ese valor, pero nosotros, qué podemos decir de nosotros, qué dirá nuestro,
Epitafio que recordará la gente de nosotros, hemos acaso puesto atención a nuestra,
¿Voz interior? alguna vez siquiera la hemos escuchado y sabemos cuál es nuestra,
¿Misión en la vida? ¿Cuáles son nuestros valores rectores?, y si lo sabemos estamos dispuestos a dejar nuestra comodidad y seguridad para cumplir con esa misión,
Actuando siempre de acuerdo a lo que sabemos que tenemos que hacer.
Tenemos la fe suficiente en nosotros mismos para creer que podemos,
Para estar seguros que podemos cumplir con dicha misión, la respuesta es clara,
Para muchos de nosotros. Que tenemos el valor, y la fe, y el coraje. Justificaciones
En cambio muchas, la tienen ¿Será suficiente para nosotros ahogar esa voz?, hacer oídos
Sordos a lo tenemos que hacer, a la manera en que tendríamos que actuar nos permitirá Ser feliz nuestro interior, nos permitirá sentirnos satisfechos con nosotros mismos, Sabiendo que estamos arrojando a la inmundicia nuestro potencial en aras de nuestra. Comodidad ¿Qué realizamos actos que tendríamos que esconder de los ojos de nuestros.
Hijos?, para no avergonzarnos, todo por nuestra debilidad estoy convencido.
Quien no escucha su interior, quien actúa traicionándose a si mismo a cada paso.
Que nunca será feliz. Será un autómata más, sin más satisfacciones.
Que las del cuerpo: comer, dormir, tomar etc., pero la satisfacción máxima,
Yo veo como todos los poetas de este rincón, como se ofenden como dicen.
Cosas que están al alcance de los lectores que nos valoran.
Cada día, le aplaudo que hagan las paces, y veo bien que verdaderamente.
Son ustedes los que arreglen, sus aclaraciones, no que con nombre,
Supuesto, haga comentario al aire a quién le contesta si no existe,
Entre hoja y hoja lechuga dicen en mi pueblo.