Hoy me siento triste
y late más a prisa mi corazón,
tengo una lucha permanente
entre sentimiento y razón.
Hay tantas cosas en este mundo
que necesitan urgentemente cambiar,
el hambre, los niños pobres
la delincuencia, hay demasiada maldad.
La humanidad está trastocada
ya casi no importan lo sentimientos,
nos estamos convirtiendo en seres aislados
y ni siquera disfrutamos los momentos.
Cuán grande será la pena de Dios
al vernos indiferentes,
ver que no somos lo que creó
sin duda, debe sufrir íntimamente.
Tenía tantas ilusiones en nosotros
que nos hizo a su semejenza,
y estamos tan lejos de ello
que no elevamos nunca una alabanza.
Se nos olvida que por nosotros murió
a causa nuestra fue sacrificado,
padeció horriblemente en la cruz
sin siquiera haber pecado.