Dura esperanza de un corazón herido,
por la ilusión de amores hoy desierta;
por un alma dulce a la que abrí la puerta
para caer despues por ese amor,hundido.
Vive mi ser tan triste y compungido,
que aún mi vida adormecida y yerta
cae dolorida desengañada e incierta,
por un camino de amor sin recorrido.
Y en este imperio, de amores y promesas,
cuándo la parca se asoma a mi querer,
yo ya no puedo en el amor creer.
Porque las dichas, me son ahora aviesas,
pues ya no creo,promesas de mujer,
cuyos amores me venga un día a ofrecer.
Fernando Ayala. 5/1/2012