No me olvido de tu silencio,
ni de tu sombra, ni del tiempo,
sigues reflejada en la luna y en mi lamento,
siendo brujita de nadie y de mis miedos.
Rezo cada año, por tus ruegos,
siendo estrella de una noche sin momentos,
regalándote una lágrima con el viento,
dejándote mi ternura y mi anhelo.
Y en el mar, una vela yo te enciendo,
dándote la luz, que apagué en mis aposentos,
acunándote entre sonrisas con sabor a besos,
despidiéndome de tí, con un adiós de caramelo.
En algún lugar, algún día nos encontraremos,
ofreciéndote mi perdón con un inmenso te quiero,
mientras, no te olvido, y mucho te recuerdo,
brujita de mi alma, conmigo siempre en mis sueños.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!