Cuán desgraciado
me siento,
sumido entre llantos y dolores
si ya acabado
mi sentimiento,
de las dichas que daban mis amores
con los primores
de aquel deseo
nacido del amor,
bello y cautivador,
que ahora en mi desgracia ya no veo
y ahuyentado ese sentir;
más me valdría morir.
Porque muriendo
descansaría
de mis amores, ahora ya perdidos,
¿por qué sufriendo
yo viviría,
si de placeres perdí los más queridos?.
Y mis sentidos
por un camino incierto
donde mi vida,
vaga por un desierto
deambulando para siempre allí perdida.
Gimiendo el corazón
sin amor ni ilusión.
El poeta
desconocido.
15/3/013