Sé que el tiempo apura

Sombra de tristeza hay en tu rostro
a pesar eres extrañamente hermosa,
dolido mi alma despide a su diosa,
me dice: sufro por el delirio vuestro.
Bien sé que tendré otra mano amiga,
quien se sienta a orilla de mi lecho
no tendrá tú corazón en su pecho,
ni manto sagrado que con amor abriga.
Sé que de todo modo me quedaré solo
y mi destino será la olvidada fosa,
pero tú seas feliz en la pista dichosa,
bandera de bonanza por ti enarbolo.
Te soltaré la mano antes de expirar
y se escuchará las campanas redoblar.