Mía y de nadie más

Abrí la ventana al mundo
pensando encontrar tu voz
Sabiendo que en ti nació
aquello que en mi brotó
no en el instante sublime
de la necesidad actual
Tampoco en el tiempo
que pasa sin dejar rastros
o que luego de un andar
requiera de algo más
Me refiero al calor sincero
que me despertó tu rostro
tu cara angelical
Al precioso sentimiento
que vive en mí y no se va
Pasea mi mente tranquila
por los valles verdes
de tus ojos de mar
Mis manos estrechan
con fuerza, tu cabellera
para no dejarte marchar
Mis deseos constantes
armoniosos, presuntuosos
no quieren descansar
desde que vi tu cuerpo
arrodillado, de pie,
dormitando en las olas
flotando en la orilla del mar
Abrí la ventana al mundo
pensando encontrar tu voz
Ahora la cierro un rato
para hacerte llegar el clamor
de éste que te aprecia
te estima y sabe te desea
como pocos en la vida
puedan por ti derrochar
El tiempo que me quede
las horas que me pidas
los besos que requieras
las caricias que hoy dormidas
esperan por tu canto
y las podamos despertar
Para llegar al valle
a los montes sagrados
a los recónditos lugares
con que Dios te ha creado
y luego para hacerte mía
Mía y de nadie más
Samuel Akinin Levy