HÉ soÑado con la chucha

Hé soñado con la chucha.
También hé soñado contigo.
Y el sueño fue muy triste
porque ya no éramos amigos.
La chucha apenas me conocía.
Tú andabas como ausente.
Yo a la chucha mis caricias le ofrecía
y a ti yo te pedía
que fueras conmigo clemente.
Y estando en esto desperté
y vi que estaba llorando.
Entonces me dí la vuelta
y despierto seguí soñando.
Y te traje nuevamente
a mis brazos y te besé;
y te hice mil caricias
desde la cabeza hasta los piés.
Y tú a mí me sonreías
y te dejabas de hacer
lo mismo que ese día
en el que tú, queriendo o sin querer
me hicistes el puerto franco
y contigo navegué.
Y cuando regresamos a puerto
viendo que tú ya no sonreías,
yo me despedí con un beso
sabiendo,
que para siempre te perdía.
Y es que yo no quise darte
un paseo por la alta mar.
Que las jarcias y el cabrestante
aún quedaban por montar.
Pero debí de haber sido valiente
cuando tú, al palo mayor asida
dijistes ¡sigue adelante!
que yo llevo salvavidas.