Día de regocíjo,
día de esplendor,
día en que se encuentran,
tu amor y mi amor.
Noche interminable,
entre copas y terciopelo,
que envuelve tu locura
y mi frescura que hoy develo.
Tómame en luna llena
y ámame toda ahora,
que estoy deseándo ser tuya, hasta la aurora.
Si el sol nos sorprende repentinamente,
hazte el indiferente
y no pierdas ésta hora.
Es la hora matutina,
es la hora del amor,
es la hora en que culmina,
nuestro nidito de amor.
Y cuando ya todo haya terminado
y tengas que partir,
no olvides repetir,
lo que a ambos nos ha gustado.