Rato, largo rato pasé mirando tu arbol,
después de no se cuanto tiempo
me decidí a hablarle, hoja por hoja,
rama a rama, hasta llegar a su corazón.
Me dió la ligera impresión de que lo presentía,
se inclinó como si leyera mi pensamiento
y apartando unas hojas, como si fuesen orejas,
se dispuso atento a mi explicación.
Mis lágrimas derramadas,
mis pupilas dilatadas
se transforman en cosas,
en cosas que pueden suceder mañana.
El viento, en ese momento generoso,
se olvidó de mi piel y al arbol pasó,
y eso me hizo recordar mi primer beso
no notaba el aire, sentía un total ocaso.
Así, aproveché y cerré los ojos
y en la oscuridad, tu imagen viva
palpando con los dedos
iba dibujando tu rostro, tu fantasía.
Entonces, conté del arbol sus hojas
tal vez cien, más bien mil,
me emborraché con ellas
y me propuse con ellas vivir.
Y en la magia de ese sueño
y haciendo vibrar sensaciones
tu piel en la mía, la mía en la tuya,
con el deseo inmenso de tu beso en mi beso.
Enrikt
hermoso tu árbol amigo enrikt, asà hablándole a cada hoja llegas al corazón de la amada, impregnándote de sus besos, de su recuerdo, de su vida...hacia tiempo no te veia...espero estés bien...un abrazo enrikt...