Mis huellas esconden las hojas secas
del árbol de mis raíces perdido,
en la bodega del barco hundido,
tal vez ignorado quedó entre resaca.
Nada me asusta, sin embargo me vieron
temblando en medio de la escarcha,
mi risa engaña a quien escucha,
porque mi realidad nunca supieron.
Temblé de frio desde mi infancia,
sonrió para simular la carencia.
También es parte de mi nostalgia.
Mi cuerpo guiñe un ojo al maltrato,
feliz soy en la horma de mi zapato,
pues lo ajeno me provoca alergia.
Autor: Alcibíades Noceda Medina
No mi rey...las raices jamàs se pierden...lo que tù quieres es olvidar tu niñèz por cosas que te sucedieron y no quieres recordar...pero te digo yo tambièn...No cedas...Noceda!! Te adoro mi chiquito hermoso y no dejo ni dejarè de leerte. ;-)