Que mujer me querrá

Que mujer me querrá,
ahora que hierra mi senda
en toda suerte de abrojos
y duras hiedras.
Ahora que mi voz da rotos quebrantos
y en el alma siento una bienaventuranza
de morir bienaventurado.
Será que el amar me es vedado
por una odiosa y fuerte maldición.
Ya no quiero como ayer,
Y como ayer nadie me quiere.
Lastimo a los sauces
y en mis ojos , severos cauces
de dolor lloroso
Se atisvan desde un infinito páramo,
y asi no doy el corazón
Por no perderlo, si cederlo
O entregarlo a la mujer que amo
no es posible, he de darlo por muerto,
Y despues rezare por él.