La espuma de tus besos
se derrama en mi carne.
Ah dientes como tigres,
boca como puñal
que va dejando por mi vientre
afligidas palomas.
Esto es tempestad:
el miedo de mi piel cuando tú llegas,
mujer,para romperme en mil cristales,
para hendir en mi sangre fieras rosas
y allí bogar salvaje
en la total devastación del cuerpo.
Y ahora toco tu carne lenta y blanca
tal vez cuajada de salitre o brea,
ah crátera nupcial
en vuelo enloquecida,
y penetro en el bosque donde aguardan
tímidos ciervos musicales.
Cuando dejes tu vino por mi alcoba
y borrachos de ti queden mis miembros,
me bastará el perfume de tu nombre,
me bastará,al caer la marea,
el recuento feliz de los venenos.
Esto es amor:
la gana que me dejas,
los no saciados líquidos frutales
que extienden su crepúsculo en la noche.
Es esta libertad
que quiere ser esclava de tu ausencia.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!