Misericordia...

Hirviendo sobre piedras
filosas y encadenadas
me revuelco para sangrar
y hacer ríos de lava
interna y roja,
entre caudales de losas
incrustadas en el piso
testigo de mi tortura.
Ríos con aroma
de misericordia,
me inco a a tus pies
tan pequeños
como las auroras
de este promiscuo invierno,
y como tus ojos
extraídos del cielo
mas profundo e imposible,
boca abajo riendo
para esconder un lamento
pido misericordia irresistible.
Veo tu cuerpo
moviéndose invisible
como me niega
las caricias abstenidas,
hierven infiernos
en mis palmas cálidas
buscando la templades
en tu lecho de piernas,
en tu vientre
o en tu
sintaxis derecha
e insostenible
que se me escurre
entre estos versos
como liquidas perlas.
Jalo descalzo
tus aposentos
pidiendo misericordia,
escribiendo agusto
estas prosas
llegando a la gloria
de tu sencillez
y a la ola de tu boca
que se muerde
duro y sola por
matarme a besos,
por hacer renacer
la tertulia de aquellos
ocultos anexos
en tus poros.
Misericordia mujer
que si muero
no habrá quien
te siga manteniendo
musa,
te siga queriendo
y escribiendo prosas,
Mujer, Misericordia