El amor a la luz de la luna.

El dolor agudo de mi sentimiento
cabalga sobre mi alma sin descanso
mientras las luces de mi pensamiento.
Rinden el claroscuro del remanso
como el alma al amor, la dicha bella
se dona a los placeres donde amanso.
La gran rivalidad de la querella
naciente del amor si hay un rival
que amante quiere a la doncella.
Con candoroso amor angelical
mostrando la dicha alborozada
donosa del querer más pasional.
Que a nadie donó, por ser amada,
por ese tierno bardo caminante
cumplida y con placer muy honorada.
Cuando la tarde llega y abrasánte
el bardo cántale tristes amores
y muere por la dicha suplicante.
En el florido valle do fija sus dolores
junto al riachuelo de aguas plateadas
y al canto alegre de bellos ruiseñores.
Las deliciosas ninfas bailan las soñadas,
noches de amores dulces y libertinos
que libran las doncellas bien amadas.
Sale la luna y aclara los caminos,
de las pasiones unidas por el verso
que los poetas con cuyos versos divinos.
Forjan con su mente ese universo
de las dichas de amor justificante
que honora a la doncella por el beso.
A canela y miel dulce y exultante
y al musical acento del gemido
nace el placer glorioso y excitante.
Cuando el ardor lujurioso del sentido
la esplendidez celosa de la luna
siente su corazón enternecido.
Del ritmo pasional, y ella oportuna,
traza iluminando ese lugar
sintiendo el gran amor como ninguna.
Y mirando gozosa desea participar
sintiendo en los amores la ventura
de ver cientos de amantes disfrutar.
El poeta
desconocido.
3/5/013