Cuando el Destino y la Suerte
se unen confabulando,
no esperes ni comprender,
solo suele suceder.
No hay excusa ni pretexto,
ni lógica que te diga
cómo ganar la partida,
del juego que has de emprender.
Solo empezarán diciendo
no tener nada en común,
y sin que tenga sentido
terminan comprometidos
sin que haya razón aún.
No debes de preocurate,
siempre suele funcionar
lo que no se ha de planear,
aunque llegue a confundirte.
Las sorpresas, suelen ser
lo mejor que dá ésta vida,
no pensado, no planeado,
solamente que se viva.