Morgan

Llegaste siendo un cachorro,

eras un baloncito peludo,

vistiendo un negro chiporro,

fuiste un perrito menudo.

Tan pequeño, y, sin embargo,

nos diste mil y más alegrías

endulzaste tiempos amargos

animaste nuestros días.

Formaste parte de la familia

con cariño fiel y sincero

tuviste muchas vigilias

por cuidarnos con esmero.

Te dimos por nombre; Morgan

en honor a Morgan Freeman

tu amor y amistad otorgan

estos simples versos que riman.

Parece que tenías prisa,

que de pronto creciste tanto,

tanto que nos daba risa,

pero sin perder el encanto.

Cómo olvidar tu ternura,

tus juegos cercando la hiedra,

tu siempre infantil travesura,

te creí inmortal como piedra.

Mogui, Mogan, Moguito,

El “único en su especie”,

te fuiste querido amiguito,

y que en el cielo te aprecien.

Que en el cielo de los perrunos

descubras más hiedra verde,

te encuentres con “Polo” y “Bruno”

y jueguen a “¿Quién te muerde?”.

Dejaste tantas huellas

en las calles y en la familia;

tus patitas en las veredas

en nuestra vida, caricias.

¿cómo pretenden que te olvide

si te tengo tan presente?

El alma duele, se rompe, se divide

cuando pienso en tu triste muerte.