Devorabamos nuestra felicidad
como un futuro malsano,
y,lo envolviamos en los cendales del silencio,
nos refugiabamos en nuestro lecho,
donde el aire acariciaba,
cuando uniamos nuestro cuerpo
Se alimentaba nuestra alma
y en un candor paradisiaco,
unia nuestro abrazo,
y la nupcia de nuestro cuerpo semidesnudo
Tenia la bendicion del cielo luminoso
que bañaba nuestra carne,
y ahogaba nuestra pupila,
en el polvo de oro,
de nuestro delicioso idilio
Alli,con los ojos cargados de caricia
como las manos y los labios,
nos devorabamos locamente a besos,
estremeciendo el corazon y cuerpo
Raul T