A la hora de dormir, me acostaré desnudo,
Y soñaré contigo haciéndote el amor,
Dejaré que el polvo cubra mis oídos,
Y reiré un momento si solo estoy.
Cuando llegue la hora de despertar,
Hablaré con el suelo que recibe mis pies,
Le untaré jalea a un pan podrido,
Lo comeré despacio,
Tal vez sea lo último que logre comer.
Y mis paredes verán mi cuerpo,
Serán testigos de mi desnudez,
Y mi ventana cerrará los ojos,
Tal vez sea lo mejor que deba hacer.
Así cansado de divagar,
En el momento cumbre de mi destino,
Me diré un eufemismo para no ofender,
A mi estúpido ego que hiere mi paz.
A la hora de morir, lo haré desnudo,
Y moriré contigo, sin hacerte el amor,
Dejaré que el polvo cubra mis oídos,
Y reiré, sí reiré un momento,
Porque solo vine y solo me voy.