"MURIO SONRIENDO" Murió sin quejarse. Murió sonrïendo, como si en su muerte encontrara la paz. Estaba tranquila mi madre durmiendo, durmiendo y sonriendo no dijo ya más. Murió sin quejarse y, yo aún no lo entiendo... y dijo la muerte: "ni lo entenderás". Estaba tan cándido, con tan grave gesto, límpido su rostro como si a la par en ese momento terrible y funesto un beso se dieran el cielo y el mar; y yo me sentía tan triste y molesto que ya no recuerdo si pude rezar. Después la enterramos; igual como a todas las madres que mueren y se han de enterrar y al cabo del tiempo, como cuando podas las rosas, de tanto, de tanto llorar, sin poses como esas que imponen las modas, con fe renovada me he puesto a rezar. Así fue su muerte, sin quejas, sonriendo, igual que su vida, sin quejas y en paz y un día ¡qué día!, mi madre durmiendo, durmiendo y sonriendo no dijo ya más. Después la enterramos y yo aún no entiendo... y ha dicho la muerte: "ni lo entenderás..." Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos reservados)