Y se goza cuando pasa,
con mirá disimulá,
esa gitana coqueta,
por delante de mi casa,
con su carita de fábula
y en sus mejillas chapeta.
Cuando le echo una mirá
y se pone colorá.
El viento eleva su pelo,
ocultando su sonrisa,
tan tímida como pícara,
demostrándome su hoyuelo,
caminando muy deprisa
y volviéndome la cara.
Le lanzo unos piropeos,
que queda color Burdeos.
Se queda to achicalá,
evitando mi mirada,
me tiene loco esa niña,
y si ella de mí… ¡Ojalá!
estuviese enamorada,
no tendría fanfurriña.
Yo me muero por besarla
y su piel acariciarla…