Y vino a mí en el silencio
y sentí muy dentro
su dulce beso,
soy -me dijo- una princesa
de espíritu, no de materia.
Vente a mi mundo de ensueño,
toma de mi pecho el aliento
y se mi dueño.
Goza en mi cuerpo hecho
de amor por ti, mi vida
y olvida
tu angustia, haz de tu pena
un poema.
Une tu dolor a mi ternura,
déjate guiar y aleja
tu temor de antaño.
He buscado desde siempre
por la Galaxia
mi alma gemela y, al fin,
la he encontrado en ti
aqui en la Tierra.
Juntos construiremos
un planeta
a nuestra medida
donde solos los dos,
vivamos vida
y no dolor.
Soy hija de un sol
de otro Universo
y tu serás mi astro,
mi compañero,
mi amor eterno.
Y, en las noches
de frio invierno
juntos compartiremos
mi agujero negro.