Si ofreciese mi vida
aún con todo su dolor,
si ofreciese lo que solo creo,
puedo dar con amor.
Si ofreciese un día solamente,
un día me perteneces,
más no así lo quiero,
pues tu boca me convence.
Ofrecerte entera mi vida
y haber dejado parte atrás,
Señor, no lo dudaría,
Señor, busco tu paz.
Ofrecerte mi espacio,
mi tiempo y libertad,
es entregarse por completo,
a tu santa voluntad.
Ofrecerte yo mis penas,
días tristes, soledad,
es también agradecerte,
que me brindes felicidad.
Un día de silencio o
de perfecto momento,
de perfecta amistad,
lo que tu me pidas,
en mis manos está.
No necesitas pedirlo,
solo tomarlo y bastará,
no necesitas decirlo,
tus ojos lo dirán.
Ábreme tus brazos
que ahora frío tengo,
cúbreme con tu manto,
que tu calor espero.
Si ofreciese todo mi ser,
bastaría y nada más,
por complacerte Señor,
el mundo que me das,
por tu sonrisa y alegría,
enseguida tomarás.