Cotidianos dolores me alejan de tu lado
de los dias en que atrapando luciernagas,
aprehendimos el gusto del amor.
El pan amargo y el vino acido
preside la mesa y ocupa la cama,
el desconcierto roe el corazon
y enciende el fuego de la ira.
Por que? si las manos piden,
si el amor exige igual que ayer,
cuando las estrellas descendian a los ojos.
Si la sangre llama a esa sangre
y ambos cauces se buscan.
Mi rio abandonado no encuentra tu rio,
las estrellas se extinguen fatigadas
y las mariposas se esconden,
en mi pelo de nina aun.
Somos duenos del amor y lo perdemos,
es necesario mas dolor para encontrarlo?
Yo sigo empecinada con mi rosa y mis jazmines,
con mi daga y con mi verso.
Porque cuando amanezca,
lo que oculta la noche, brillara con el sol del nuevo dia,
y en premio a la constancia
obtendre la llave de los cielos.