En los abismos del alma,
en las entrañas profundas,
se refugian alimañas
grotescas y nauseabundas;
se alimentan de miserias
y sensaciones inmundas.
La naturaleza humana
tiene ahí su cara oculta,
en una atmósfera malsana
y, al descubrirla, resulta
que la presunción es vana
de virtud, en gente adulta.
Son tan complejas la mente
y la personalidad,
que conviven la maldad
y la cualidad latente,
en dualidad evidente
de un egoísmo estridente
y una auténtica bondad.
No hay hombres "buenos" ó "malos",
hay hombres, y nada más;
somos los seres humanos
una mezcla contumaz
de mil aspectos profanos
y un espíritu veraz.
No es, pues, lícito el juzgar
a nuestros demás hermanos;
nuestros juicios no son sanos
ni podemos afirmar
que entendemos, en verdad,
de la mente sus arcanos.-
Eduardo Ritter bonilla.
20-08-2009.
Es un placer tenerte por aqui de nuevo mi diez plumitas por tu. Naturaleza humana Carmen