No quiero que me mires, pues entonces,
volverán a resurgir las alegrías,
tal vez, me entiendas, y tus labios te roce
con la ilusión de antaño, apenas ayer perdida,
No quiero, que me deslumbres todavía
ni que vuelvas a perderte en mis retoños,
prefiero que estes inmóvil, tersa, toda mía,
aunque no tengan, mis olores tus otoños,
No quiero que me escribas una prosas
pues mi amada! yo no te las escribiría,
callado esta mi mundo, doliente de tus rosas,
simples argumentos que rompen mis valía,
y..espera...no me sueltes tus aromas
no me sirven en esta tarde de agonía,
prefiero que la muerte, llegue en su hora,
y me lleve donde no llore tus partidas.