De la vida uno aprende, si no abraza la ignorancia,
Y hay que saber mirar, hasta do la vista alcanza;
Y no se puede engañar para no ser engañado,
Pero siempre hay quien se inventa, creyéndose ser un sabio.
De ti yo aprendí bastante, porque estudié tus palabras,
Tú me hablabas yo escuchaba y le sacaba partida;
Porque notaba que en algo, tú ocultabas tus mentiras,
Jugando con tus valores y lo que el amor inspira.
Yo no creo en tus palabras, ni aunque me jures por Dios,
Porque yo te dí mi amor, muy confiado de ti;
Y juro que no gane, fue más lo que yo perdí,
Como tener confianza en mujeres como tú.
Yo no creo en tus palabras, ni aunque me jures por Dios,
Tal vez se gana perdiendo, y uno sale mejor;
Más hoy me cuesta decirle, con respeto al corazón,
Que no eras la mujer, para yo darte mi amor.
Copyright "©" Derechos Reservados 2014
José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita