Por Avenida de Mayo se enciienden,
poquito a poco,
en la calle farolitos,
luces de la ciudad.
Yo camino despacito porque no quiero llegar.
La gente me sonrie y yo sonrio al pasar.
Hay color hay alegria, es tan lindo caminar!,
sueno entonces que soy libre! que tengo alas, volar!
Que mis brazos son veleros y me lanzo a navegar.
Total, los suenos mios, quien me los puede quitar.
Y soy feliz porque tengo, dos ojos para mirar,
dos manos que son palomas y piernas para danzar!
Pero los ojos del alma, esos que no se ven,
son los luceros queridos,
que yo conozco tan bien!
Los que encienden el sendero,
de mi dicha de papel.