Por vos...
un por qué sin respuesta,
la nada y el hastío,
la soledad implacable
y tu ausencia en el vacío,
las horas, que no tienen sentido,
corren por mi vida vagamente,
y esfuman la poca tibieza
que de tus últimas caricias
me han quedado...
La soledad y la tristeza
me envuelven en sus brazos,
me transportan hasta el más lejano
de todos tus abrazos...
Este no entender por qué vivir,
esta ausencia tuya que me deja sin sentido,
y este no querer saber
que no estás en mi camino.
Quisiera hundirme desesperadamente,
en un llanto interno y profundo,
quisiera cerrar los ojos,
y evadirme del mundo...
Un terrible cansancio de todo
me recorre el alma,
y sin darme cuenta cómo
se me inundan los ojos de agua,
ya no se siquiera si lejano,
o si alguna vez tuve derecho
de llamarte... AMOR.
Pero lejano o no lejano,
real o incierto, amor mío,
tendrías que sufrir en carne propia
este dolor inmenso que se siente ¡tan vacío!
Tengo la cara regada,
de un líquido incoloro,
un amargo sabor en la boca,
que me llega de los ojos...
deseos de gritar que no doy más,
que no aguanto esta tristeza y esta duda,
que estoy cansada de llorar,
y se escapa entre mis manos tu ternura...
Y aun no entiendo cómo ha sido,
que no supe llenar todas tus horas,
y no sé que hacer con mi cariño,
que en angustias y llantos se deshoja...
Hoy sólo tengo de ti,
este saber que te pierdo,
y esa sinceridad que duele,
más que saber que me muero...
Ya estoy de sufrirte saturada,
y de llanto inútil
mojo la almohada...
ya de tanto llorar
me voy quedando sin lágrimas,
y los años al pasar
me van dejando nada...
Tengo por tu ausencia,
las tristezas todas,
la felicidad hace tiempo
me ha dejado sola...
Tengo de agonías
los bolsillos llenos,
y en un puño cerrado
guardo los recuerdos...
Me quedó de tus ojos,
la mirada tierna,
y el último beso
en los labios tiembla...
Me quedé ya sin nada,
habiendo poseído todo,
me quedé sin el encanto dulce
de todos tus enojos...
me llené de llantos, de dudas,
de no saber si algún día,
fui tu amada, o tu aventura...
Me llené de desconcierto,
de tristezas y amarguras,
me llené de tu adiós,
y llegó de prisa, tan de prisa,
que aún no logro darme cuenta
la realidad de tu partida...
Elsa Fariña