Dolor por ti

Vástago de serpiente, culebra venenosa deseosa de hacer padecer, nombrable que innombrable se te debería suponer. ¿Recuerdas acaso cuando tus sedas me ofrecen el castigo eterno y como yermo acepto el yunque como estigma, hoy clavado en mi alma, hoy clavado en mi estima? Rata invulnerable que entre escondrijos manejas los destinos, zorra despiadada que con mentiras manejas la vida que me ha sido dada. Cuervo negro, presagio de malos momentos, presagio de reencuentros con el pasado que intento olvidar y sin piedad has de recordar. Si a si te siento, como es posible que te hubiera visto llegar haciéndote bajar desde el cielo, cuatro ángeles, que de seguro, Dios envió para nuestro encuentro. Como es posible, sin ti, que la vida no sea una cita donde encontrar el refugio del pensamiento. Como es posible que cada amanecer sea diferente y cada noche, las claras estrellas me borren tu olvido, me borren tu silencio. Como es posible que de ti, algo como tú llegó a este mundo, para poder mecer la cuna de aquello que maldije sin darme cuenta que también era mío. ¿Por qué tus lágrimas me hacen llorar, tu risa me hace reír, tu dolor me hace morir? Llegaste para destruir o llegaste para crear, sin ti no puedo vivir, contigo aprendí a amar. Buitre carroñero que el destino me hizo compañero. ¿Cual es el punto entre lo divino y lo infernal, lo infinito y lo mortal?, ¿Cómo a ti puedo llegar para poder gozar de esa divinidad? Que me haga llegar a Dios aunque sea pasando por el infierno, aunque este, sea eterno. Contigo quiero envejecer y por un nombre poner, este será, mujer.