El Placer de Quererte

Tu Recuerdo
Sentado en mi rincón preferido del jardín,
concentrando mis recuerdos para verte,
escuchando los lamentos de un violín,
espero que aparezcas, para al fin tenerte.
El violín llena el ambiente con sus notas,
mi mente lentamente te dibuja
y vas tomando forma mientras flotas,
entre flores y un aroma que me embruja.
Se llena el jardín con tu belleza,
revestida de una luz esplendorosa
y se esconde, entre las ramas una rosa,
para darle paso, a tu porte de princesa.
No se escuchan palabras de tu boca
ni sonidos que rompan mi entereza,
pero solo imaginarte me provoca,
olvidarme al fin, de toda mi tristeza.
Te acercas hacia mí con paso lento
y tus labios se aproximan a los míos,
envolviéndome el perfume de tu aliento
con el suave susurro de los ríos.
Mis manos se entrelazan con las tuyas,
mientras vas acomodándote a mi lado,
los ángeles y arcángeles entonan aleluyas y en el jardín se siente un calor inesperado.
Mejilla con mejilla al fin quedamos
y el latir del corazón, en tu pecho se descubre,
y sin reclamos, ni dudas, los dos nos aceptamos,
en un manto de estrellas que la noche cubre.
Entre besos y caricias espere la madrugada,
disfrutando de un amor sutil y apasionado,
capturando a la luna a través de la enramada,
y entregarte sus rayos como fiel enamorado.
La alborada llega al fin y me despierto,
a una realidad que me derrumba,
al ver el rinconcito del jardín desierto,
y saber que tu estás en una tumba.
Volveré al jardín de nuevo por la noche
y esperare que aparezcas nuevamente,
y con valor, seguiré mi vida sin reproche,
aunque solo en sueños, te tenga frente a frente.
Y sentado otra noche en mi jardín espero,
concentrando mis recuerdos para verte,
escuchando del violín su dulce devaneó,
espero que aparezcas, para al fin tenerte.
Y volver a quitarle los rayos a la luna
Y con su luz plateada en mi mente dibujarte
Olvidando esa cruel tumba inoportuna
Que me robo el placer tan bello de quererte.