Mi espalda en la base de un roble recosté,
aquella tarde de otoño a orilla del rio,
aun los rayos rasgaban con su hastió,
en forma rápida la sombra incipiente,
Las abundantes ramas no tenían las rojas hojas
Se hallaban dispersas entre todas las hendiduras
Que el agua con el tiempo formaba en la ladera,
Como mal recuerdo que deja profunda herida.
Al cabo de una hora a lo lejos apareciste,
meneaba rico el cuerpo con su paso lento ,
Ya que en casa se encontraba sola, se sentía triste,
Ansiaba mis brazos envueltos en su ser esbelto,
le estremeciera toda como siempre lo quisiste,
juntando los deseos ardientes como el desierto.
JONACA51
DERECHOS RESERVADOS DE AUTOR