No vengas a quejarte ahora
de tu derrota, no me digas
que tienes el alma rota,tú
en el fondo lo sabías que
todo era un juego, una
mentira.
Sabías que no era libre para
iniciar una relación contigo,
y aún así continuaste tu camino,
entonces porque tu desconcierto
no se puede vivir engañada todo
el tiempo.
No digas que te creíste todas
sus promesas, que eras tu para
él la mujer perfecta, solo eras
en su matrimonio un descanso,
para luego volver de su mujer al
regazo.
Solo te queda aceptar tu tropiezo
y elegir mejor con quien será
al amor tu regreso.
Mercedes del Pilar Reyna Camacho
mrc-27-11-09