Como la grama
creces en mi pecho,
con las raíces atas
mi corazón a tu lecho;
Éste que palpita con fuerza,
con el ritmo de la tormenta.
Cuando me besas despacio
una falta de aire,
un susurro, que es visible.
Este llano de nada,
que empieza cuando me abrazas
y termina con la mañana.
Deseo sin control de mi sueño,
que mi mente te crea
no son vida mis palabras
son tus miradas alimentos,
que nutren el corazón,
la sangre y los anhelos,
que en mi fragua de regalos
fuiste el mayor y más perfecto.
Si eres alimento de las flores,
de todos los seres que conoces,
que nutres con tu presencia
e iluminas toda la vida;
¿Qué magia tienes,
pues se que un sol eres,
pero más bella que la luna llena
y mas viva que las sagradas hogueras?
Cuál será el origen,
de tus ojos y melena,
sin ti soy sólo hiedra
y contigo un dios sin meta;
Mas no soy dios de oro,
ni de plata siquiera,
sólo mi piel guarda hondo,
una piedra que dios quisiera.
No soy más que una piedra,
y como tal se puede romper,
es frágil como la arena
y brillante cual perla;
Mas si aumenta el brillo
o la luz de las estrellas
mi sonrisa conocerás sin frío,
mi voz acariciará tus adentros,
mi luz encenderá un fuego,
mi manos dibujaran el cielo,
y mis labios sólo dirán versos
para que conozcas mis sentimientos.