Me quite las huellas, a la entrada de la casa, deje algunos sueños colgados en la ventana, y una que otra esperanza escondida en el espejo, y sin saber siquiera, ya deambulada cual zombie en la cotidianidad no tan monotona de mis aposentos que tan distantes me descifran en mis momentos fugaces. para el sillon deje dos o tres sin sabores, para el comedor alguna preocupacion no muy bien digerida, para el cepillo de dientes dos o tres migajas de dudas surtidas, para ese, el izquierdo un adios mudo. luego. en la cama los sueños que deje colgado en la ventana buscan las alas de mi otro sueño para inventarse las salidas. luego, luego, cualquier esperanza derrimida.