PODRÍA QUERERTE

Podría quererte

por tu cabello ensortijado,

incluso por la delicada línea de tus cejas.

Tal vez podría quererte.

Podría quererte

por tus ojos, amplios balcones con vistas

a un horizonte que se me hace más cercano,

no siendo ya aquel atrapado versículo

entre una inconsistente tierra y un cielo despiadado.

Tal vez podría quererte.

Podría quererte

porque eres furtiva como la brisa

que, en las soleadas tardes deverano,

cuando reina la pereza,

se hace alegre compañera.

Tal vez podría quererte.

Podría quererte

muriéndome de ti ausente,

incluso ahora que las penas se marchitan

ajadas por su propio desconsuelo.

Tal vez podría quererte.

Podría quererte

simplemente por tu nombre, 

a ciegas, sin persnarlo,

ajeno a cualquier otra razón,

y no olvidarme jamás de que te quiero.

Tal vez podría quererte.

Podría quererte

porque ahora ocupas esa parte,

antes inhabitada, de mi cielo.

Tal vez podría quererte.

Podría quererte

porque vistes sin prisa los amaneceres,

porque eres como ese silencio que queda

cuando el viento se aleja.

Tal vez podría quererte.

Podría quererte

con mis palabas viejas y con mis palabras nuevas,

 y con mis manos vacías

que velan las horas inciertas.

Tal vez podría quererte.

Podría quererte

con todas mis luces y con todas mis sombras,

cuando la tarde declina y se anuncia la noche.

Tal vez podría quererte.

Podría quererte

con la urgencia de mis pensamientos,

con la seguridad de lo inalcanzable,

sin saberte mía, sin saberte de nadie.

Tal vez podría quererte.

Podría quererte

como el viejo marino quiere al mar y a su barca,

o porque en tus ojos la lluvia amanece templada.

Tal vez podría quererte.

Podría quererte

porque tu mirada enfebrece mi piel,

y en los lienzos que baña la luz de la luna

se dibuja tu cara aniñada.

Tal vez podría quererte.

Podría quererte

y andar los caminos a ciegas,

portus besos que me llevan al rocío de la mañana,

por los ángeles de encendidas alas

que desde el púrpureo cielo

tus sueños velaran.

Tal vez podría quererte.

Podría quererte

cuantas veces un eco repitiera que te quiero.

Podría quererte

sin dudaar ni un instante que te quiero.