INOCENCIA PERDIDA

Cuando recuerdo la sinceridad perdida
con la que hace algunos años,
por naturaleza mía parecida,
hablaba y actuaba sin temor a hacer daño.
Yo era joven y con poca malicia,
solo veía con el poder de mis ojos;
lo que mi mente me decía, sin pericia,
lo hablaba mi boca, a veces, con enojos.
Mas unas veces con pausado llanto,
otras con doliente gemido,
mi inocencia se va quebrando, parecido,
a los pilares de cemento de un templo sacrosanto.
Y en esta etapa de mi vida, esta mi alma
y creo haber llegado ingenuamente;
a todos ofrecía mi blanca palma,
teniendo un corazón inocente.
Tal vez, por eso he pasado
pesares, disgustos y quebrantos.
Pero no en vano yo he esperado
mantener la inocencia de otros años.
Y en mis noches de desvelos
repaso, en el libro de mi vida,
las paginas de antaño;
algunas las veo con amor sincero,
otras con gran espanto
Y a pesar de todos estos pesares,
¡quién sabe!;
¿inútil empeño el mío, exagerado?
Pues mantengo la ilusión y miro al Cielo