Viviendo una gran mentira, llena de ilusiones y de fantasías, esperando siempre ese amor que no llegó. Soñando con el príncipe encantado, el apuesto caballero enamorado, que conquiste tu corazón, te encuentras sola en tu habitación. Deseas cartas, flores, pisando entre nubes de algodones, en un cuento de color de rosa. ¡Frágil! , tierna mariposa, que al calor de un candil; y sin saber nada de la vida. Curiosa lo miró, te deslumbró un triste farol, que tus alas quemó y te dejó herida. Tú, que inexperta en el amor, le entregaste el corazón, y sin consideración, de tí se burló. Porque de su encanto te dejaste llevar, ¡tonta mariposa!, lo que conseguiste; buscando una ilusión.