Alimentas de color dibujado el mar del regreso,
mágicas lunas en tu pecho
y los corazones limitados con tiza por el asfalto;
los peces vuelan sobre tu cabello de coral
mientras corres tras los barcos de papel;
tu mirada de café creciendo a la luz
melódica de la música en los callejones, ese deslizar lento de mi recuerdo entre las líneas
de tu silueta y el asombro del espacio;
la sombra de tu respiración,
tus labios, tu sonrisa,
los náufragos en tu aliento,
tus manos reconstruyendo mi alma,
tu energía creando dioses,
eres ese ser apareciendo en las diminutas
dianas de mi amanecer.
Ven y juega en mi infancia,
camina hasta el final del sol,
lleva mi mano en la tuya,
sonríe mientras miro las estrellas;
sé que estás aquí,
ese planeta que alimenta los sueños;
quédate a mi lado mientras todo cambia.
Dibuja con tus yemas el cuerpo de la lluvia
mientras evaporamos un poco más de la noche.
Eres tú.
perfecta,
exacta,
justa,
inquieta,
mi paisaje divino.