Ya no me castigues más con tu indiferencia,
que ya bastante castigo fue el haber vivido
tanto tiempo sin haberte conocido...
Ya no me hagas sufrir más en el delirio,
de no poder haberte junto a mi tenido,
en las noches que siguieron a tu ultimo beso,
y a los días que vienen después de estos versos.
Ya no me castigues con tus fríos desaires,
Que dejas a mi aliento sin ganas de seguir,
Pues cuando te convertiste en su frescura
Se enamoró perdidamente de la dulzura
Que le regalabas con cada beso ausente.
Ya no castigues a este pobre demente,
Que ya suficiente ha tenido con verte lejos,
Deseando acercarse y romper el silencio
Decirte que desde que te vio solo quiere tenerte,
Y que se esfuerza para un día convencerte
De que su nombre pudo ser tu felicidad...
Solo era cuestión de que tuvieras voluntad.