Soledad inclemente es tu compañía

Extraño a quien estando a mi lado,
Con su indiferencia, lo he perdido,
Es tan triste y duele entender,
Que aunque luche, no ha de volver.
Extraño sus afectos y sus caricias,
Se disipan en neblina del olvido,
Las palabras tiernas y también los mimos,
Tan dulce el amor, tan amargo el descuido.
Amor, fue cruel saber que perdí tus besos,
¡Soledad inclemente es tu compañía!
Ahora sin ti, sola bajo la lluvia.
Muda, sin amanecer ni primavera.
Tú y yo, amor mío, ya no somos uno,
juntos sin dejar de ser dos las raíces,
árbol de otoño, sin hojas, ni matices,
somos sólo tú, sólo yo, separados.
Fueron tantas piedras que arrastró el cauce,
desde la naciente del río hasta el mar,
para pensar que estaríamos distados,
tú y yo en el otoño, después de amarnos.
Extraño confundirme, entre tus brazos,
mis raíces y las tuyas en la tierra,
implantar cual jardineros los claveles,
aquel amor fuerte, abonado con tu fuego.